Era principios de 1985 cuando, con la aprobación y legalización de estos estatutos, quedaba constituida oficialmente en Jaca la Asociación Sancho Ramírez. Pero las gestiones para su creación se habían iniciado al menos dos años antes, cuando un pequeño grupo de personas residentes en Jaca y comarca, unidas por el amor a su tierra y a la montaña, en sus habituales recorridos por montes, caminos y pueblos contemplaban preocupados cómo un patrimonio de siglos, integrado en su mayoría por ermitas e iglesias románicas, estaba a punto de desaparecer, entre el olvido y el abandono, si no se hacía nada para evitarlo. Ese pequeño grupo, encabezado por Ángel Mesado que sería nuestro primer presidente, tomó la decisión de constituir una asociación que contribuyera a paliar en la medida de sus posibilidades tanta ruina. Hoy, mediado el año 2010, somos unos doscientos cincuenta socios y llevamos veinticinco años trabajando por el patrimonio jacetano. RESTAURACIÓN En aquellos primeros meses de 1985 en que iniciamos este compromiso con el patrimonio y la historia de nuestra tierra, la relativa abundan¬cia de edificios que por su estado de deterioro sufrían una amenaza inmediata de ruina pare¬cía reclamar nuestros primeros esfuerzos. Una vez fundada la asociación, apenas contábamos con la ilusión y las ganas de trabajar de los socios, por lo que nuestra primera intervención se centró en una actuación para la que solo se precisaba el trabajo de los volun¬tarios: la limpieza y consolidación de la iglesia de San Bartolomé de Larrosa, pequeño pueblo deshabitado del valle de la Garcipollera, al que se debía acceder a pie durante unos veinticinco minutos, tras dejar el coche en la pista de acceso a la ermita de Iguácel, una vez rebasado el pueblo de Acín. En ese momento, Larrosa aún permitía apreciar su estructura urbana típica de un pueblo del Pirineo Aragonés, sus casas y calles, sus pajares y eras dedicaban sus últimos esfuerzos a no abando¬narse a la ruina y a la invasión de una vegetación voraz que hoy en día la oculta casi por completo. Su iglesia, del siglo XII, conservaba bien su estructura románica de nave única con capillas laterales y ábside semicircular decora¬do con un friso de arcos lombardos sobre el que corre otro friso de baquetones, decoración emparentada con las iglesias del Gállego. La torre se adosaba al lado norte de la cabecera. Nuestra actuación, debido a las dificultades de acceso, se centró en frenar el deterioro progresivo al que la vegetación que crecía en muros y tejados sometía a la fábrica. Se limpiaron y consolidaron los muros, se cortó un árbol que se apoyaba en el ábside amenazando su estructura. Se desbrozó su interior y se dejó en condiciones para hacer frente al lento, inexorable y destructivo trabajo del tiempo al que la soledad y el aislamiento la condenaban. La iglesia parroquial de San Andrés de Abay, del siglo XII, fue la primera restauración completa que abordó la asociación Sancho Ramírez. Los trabajos comenzaron en 1987 y concluyeron en 1990. El edificio románico apenas se reconocía debido a su estado ruinoso y a las reformas y ampliaciones a que había sido sometido a lo largo de los siglos. Las obras de restauración se orientaron pues a recuperar la fábrica románica liberándola de añadidos posteriores sin valor histórico o artístico. La iglesia románica se componía en origen de una nave mayor, completada con presbiterio con bóveda de cañón y ábside cubierto con cuarto de esfera, y una nave menor provista de un absidiolo sobre la que se alzaba la torre, a la cual se accedía, con la ayuda de una escalera de mano, a través de una puerta situada sobre esta nave menor y descubierta durante los trabajos de restauración. En el siglo XVI el aspecto románico original se transformó con el añadido de dos naves laterales de igual longitud pero de menor anchura que la central. La antigua portada románica desapareció y fue sustituida por la actual, de estilo renacentista, en la que figura la fecha de la reforma: 1575. También en el siglo XVI se incorporó el coro ele¬vado a los pies de la nave central en cuya escalera de acceso se colocó el primitivo tímpano de la puerta románica. Otra reforma lle¬vada a cabo en el siglo XVIII incorporó las bóvedas de lunetos y recreció la torre hasta los tres cuerpos actuales. También se añadió una sacristía entre la nave norte y el ábside mayor que fue eliminada en los trabajos de restauración por carecer de valor y medio ocultar el ábside románico al exterior. Durante los traba¬jos se recuperaron dos importantes piezas románicas: la caja de consagración, aparecida ante el altar mayor, y un fragmento de una cruz procesional, fechable a finales del siglo XII, oculta en el tabique de clausura de la puerta románica del muro oeste, y decorada con símbolos del tetramorfos. Tras la terminación de las obras de Abay, los vecinos de Barós nos solicitaron actuar en su parroquial dedicada a San Fructuoso, una iglesia románica de finales del siglo XI que en ese momento se encontraba en una fase avanzada de deterioro. La actuación se encaminó a recuperar la fábrica original restituyen¬do sus elementos mediante la sustitución de cubiertas, limpieza y saneamiento de muros, recuperación y puesta en valor de elementos escultóricos o eliminación de partes carentes de valor y que enmascaraban su fábrica. Así se eliminó el atrio construido en el siglo XVIII delante de la fachada occidental y se restituyó la altura original de la nave eliminando un recre¬cimiento de unos cincuenta centímetros. Hoy se puede admirar una bella nave con bóveda de cañón, presbiterio y ábside semicircular con bóveda de cuarto de esfera. En el exterior resulta interesante su decoración con arquillos ciegos y lesenas. En 1989 abordamos la reparación de la cubierta del ábside de la ermita de Iguácel y la restauración de las pinturas góticas que se hallan en su interior y que fueron redescubiertas durante las obras de restauración de la ermita, que se desarrollaron entre 1977 y 1982, al picar el revoque que las ocultaba. Gaspar Salinas y Liberto Anglada se encargaron respectivamente de los trabajos. Desde entonces, la asociación ejerce una especie de labor de tutelaje sobre esta ermita que se manifiesta en múltiples actuaciones tanto de conservación como de difusión de sus extraordinarios valores artísticos. En 1992, la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón nos adjudicó una pequeña partida, de 500.000 pesetas, para aplicar lo que podríamos denominar unos urgentes primeros auxilios a la iglesia de San Nicolás de Ceñito, enclavada entre las localidades de Sos del Rey Católico y Navardún, y datable a finales del siglo XI o principios del XII. El templo, aquejado en ese momento de graves problemas en la estructura de sus muros, tiene una nave única de considerable altura y un ábside y presbiterio algo menores. La porta¬da, en el muro sur, tiene dos arquivoltas, la exterior decorada con ajedrezado, motivo que también se encuentra en la imposta desde la que arranca la bóveda del ábside y la del presbiterio. Otros sencillos pero muy interesantes detalles decorativos se encuentran dispersos por todo el templo. Nuestra actuación consistió en resolver el problema de cimentación del muro sur, retejer las grietas y agujeros existentes en los muros y reparar un agujero en la vertiente sur del tejado de la nave. Desgraciadamente, las obras no fueron continuadas, por lo que en la actualidad los visitantes que deseen admirar esta interesante iglesia encontrarán, entre otras cosas, la techumbre parcialmente hundida, abandono y dejadez. El ábside de Barós una vez restaurado San Fructuoso de Barós, antes de la restauración A mediados de los noventa, por iniciativa del entonces Director General de Patrimonio Domingo Buesa, se nos encargó una actuación en el entorno de la torre románica de la iglesia de Santiago de Jaca que, empareda¬da entre las viviendas que la rodeaban, no podía contemplarse desde el exterior; tras la demolición de un muro hoy permite ver desde la calle Campoy Irigoyen su piso superior con una bella ventana geminada, uno de los escasos restos que se conservan de la primitiva fábrica románica de la iglesia. También intervino la asociación en la limpieza de uno de los magníficos retablos que, procedentes de otras iglesias de la diócesis, se hallan en este templo de Jaca. Con cierta frecuencia, al llegar la primavera, se han realizado trabajos de limpieza de edificios románicos de la comarca, especial¬mente en la iglesia de Lerés, con su interesante ábside, y en la de Majones, un espléndido templo al que intentamos proteger de los estragos de una vegetación rebelde a la espera de que se inicien las tan demandadas y necesarias obras de restauración. Probablemente el lector se pregunte al llegar a este punto por qué se han abandonado por parte de la asociación los trabajos de restauración de edificios cuando hay tanto que hacer en este aspecto y tantos templos que lo necesitan con urgencia. Lamentablemente, una asociación como la nuestra, con apenas 250 socios, no tiene la solvencia económica necesaria para asumir unas obras que precisan varios miles de euros. Es imprescindible la intervención de otras instituciones. Cuando comenzamos nuestra andadura, el proceso era relativamente sencillo y rápido: la asociación encargaba un proyecto de restauración a un arquitecto y a un experto en Historia del Arte en el que se describían los valores del templo, su estado, actuaciones necesarias y valoración económica. Tras superar el dictamen de la Comisión de Patrimonio correspondiente, la Diputación General de Aragón concedía a la asociación en forma de subvención el importe previsto, ésta encargaba las obras a constructores profesionales y administraba con la máxi¬ma eficacia y sin los ahora famosos sobrecostes el presupuesto asignado. El trabajo desinteresado de los socios suplía las carencias económicas. Desde hace varios años, el proceso ha cambiado: la documentación es extraordinariamente mayor y más complicada, la responsabilidad del promotor en aspectos como seguridad muy rigurosa y las instituciones con¬ceden la subvención directamente a la empresa que haga las obras con el menor coste. Hoy día no hay espacio posible para iniciativas privadas de asociaciones como la nuestra en lo que se refiere a restauración integral de un edificio. Nuestra función ha de limitarse necesariamente a reclamar actuaciones Gaspar Salinas y Adrián Betrán trabajando en el muro sur de laiglesia de San Nicolás de Ceñito. Foto: Á.Mesado XXV ANIVERSARIO Trabajos en el entorno de la torre románica de la iglesia de Santiago de Jaca. Foto: Á. Mesado urgentes en determinados templos mediante la denuncia de su estado y la redacción de informes. En este sentido nos cabe la satisfacción de haber contribuido con nuestras sugerencias y, por qué no decirlo, con nuestra insistencia, a la elaboración de un inventario del patrimonio arquitectónico de nuestra comarca, realizado por la historiadora Belén Luque y encargado por la Consejería de Cultura de la Comarca de la Jacetania. El inventario es un instrumento imprescindible para que las instituciones acometan actuaciones urgentes en edificios en peligro. Fruto de esta iniciativa ha sido la reciente restauración de la ermita románica de Santa Isabel de Espuéndolas, la más antigua de la comarca, y la torre de la iglesia de Navasa. Asimismo, algo debió influir para la reparación de las cubiertas de la catedral de Jaca las más de cuatro mil firmas que la asociación consiguió reunir en una campaña des¬tinada a exigir el inicio inmediato de las obras. INVESTIGACIÓN Y DIVULGACIÓN Ante estas circunstancias, es claro que la función de investigación y difusión de los valores del patrimonio jacetano se manifesta¬ ba como prioritaria. En la asociación Sancho Ramírez siempre hemos tenido claro que solo el conocimiento del patrimonio puede garanti¬zar su conservación. Si, como suele afirmarse, solo es posible valorar y amar lo que se cono¬ce, entendemos que solo la información y la divulgación de sus valores puede acercar y extender su interés a las personas que después exigirán su correcta conservación y digno tratamiento. Por ello, esta es una de las tareas en las que más hincapié, esfuerzo y dedicación hemos invertido, siendo en la actualidad la actividad más importante que realiza la asociación. Con la investigación están relacionadas, por ejemplo, actuaciones como la cataloga¬ción y estudio de las casetas de falsa bóveda del valle del Aragón o las excavaciones arqueológicas que la asociación promovió en 1985 en el solar del antiguo colegio de los Escolapios, en la calle Mayor, y que contribuyeron a conocer con mayor precisión la historia del origen de Jaca al descubrirse restos romanos y algunos vestigios iberos y musulmanes. Éstas fueron el inicio de un proceso continuo de excavaciones sistemáticas que están aportando valiosos conocimientos de nuestra historia. Las actuaciones dirigidas a la divulgación son muy variadas. Con ella están relacionados los ciclos de conferencias sobre patrimonio cultural que se celebran en otoño. Cada ciclo está integrado por tres conferencias que desarrollan temas relacionados con el arte, la historia, la etnografía, el patrimonio natural, arquitectónico, militar, material o inmaterial. Tenemos a gala haber conseguido que a nuestras conferencias acudan expertos reconocidos en sus respectivos campos y, sobre todo, que el público de Jaca y comarca acuda fielmente a cada convocatoria anual. A lo largo de estos veinticinco años se han realizado proyecciones de diapositivas sobre patrimonio, visitas guiadas a edificios emblemáticos, se han organizado exposiciones foto¬gráficas que pretendían descubrir elementos representativos y llamar la atención sobre determinados aspectos. Entre éstas últimas podemos destacar la dedicada a la escultura de la catedral de Jaca que desveló al público detalles que por su ubicación no pueden apre¬ciarse a simple vista. La muestra estaba compuesta por cincuenta imágenes seleccionadas de entre el casi un millar que integra el archivo fotográfico creado a partir de un encargo de Excavaciones arqueológicas en el solar del antiguo colegio de Escolapios, promovidas por la asociación Sancho Ramírez. Foto:Á.Mesado El archivo fotográfico de la catedral de Jaca contiene imágenes de toda la decoración escultórica de la catedral. Foto: Á.Mesado la Fundación Paul Getty de Nueva York, por el que se realizaron fotografías de toda la decoración escultórica de la catedral quedando una copia de cada una de ellas y los negativos en poder de la asociación. Esta exposición se ha exhibido en Jaca en varias ocasiones y con diversos motivos, la última en el castillo de San Pedro el pasado mes de mayo, y está a disposición de cuantas instituciones públicas y privadas de cualquier localidad la soliciten. También es el caso de la exposición de foto¬grafìas dedicadas al Camino de Santiago a su paso por nuestra comarca, cuyo autor es Ángel Mesado, que se ha mostrado tanto en Jaca como en diversas localidades de la Jacetania. Otra exposición que sorprendió por su novedad y por el descubrimiento de valores artísticos y arquitectónicos desconocidos para el gran público fue la dedicada al fuerte de Rapitán en 2003, integrada por fotografías realizadas por cinco fotógrafos de Jaca: FranciscoBarón, Víctor Barrio, Ángel Mesado, Fernando Pascual y Carlos Peñarroya. Con ella se pretendía, a parte de divulgar la calidad y belleza de esta construcción militar, reivindicar de las instituciones responsables actuaciones encamina¬das a su conservación y puesta en valor. Creemos poder afirmar que esta actuación constante para dar a conocer el patrimonio, velar por su conservación y llamar la atención de las autoridades responsables sobre su esta¬do y necesidades ha calado en la sociedad jacetana de tal manera que la asociación Sancho Ramírez es vista en general por ciudadanos e instituciones como una referencia en materia de patrimonio cultural. De ahí que seamos invitados con frecuencia a participar en mesas redondas, entrevistas o a formar parte de los órganos de representación de algunas entidades como la Comisión de Seguimiento del Casco Histórico, el Monumento Natural de San Juan de la Peña, Museo de Jaca, Comisión del Jacobeo 2010… Asimismo, nos mantenemos alerta para la conservación de nuestro patrimonio en peligro: hemos presentado con frecuencia alegaciones a proyectos que significaban la destrucción de patrimonio, como las referentes al patrimonio del Camino de Santiago en peligro por el recrecimiento del pantano de Yesa, o a edificios catalogados que iban a ser parcialmente mutilados o modificados, o el emplaza¬miento de la escultura dedicada a la Jacetania, obra de Ángel Orensanz. Si importante es dar a conocer los valores de nuestra cultura en nuestra comarca, tam XXV ANIVERSARIO El VI Encuentro de Asociaciones Culturales de la provincia de Huesca, organizado por nuestra asociación, contó con la presencia de don José María Ballester, Director de Patrimonio Cultural del Consejo de Europa. bién lo es intervenir en otros foros y encuentros con otras asociaciones que sirven para compartir experiencias, conocer otras actuaciones y ampliar expectativas. Por ello, hemos participado en encuentros organizados por Hispania Nostra, en algunos casos presentan¬do comunicaciones sobre nuestro trabajo como en los celebrados en Burgos y Albarracín. También se ha asistido como ponentes en el V Congreso de Castellología de Calatorao y en las jornadas sobre este mismo asunto de Pamplona. En el ámbito internacional se acudió al congreso sobre construcciones en piedra seca celebrado en Suiza. En noviembre de 2001 nos encargamos de organizar el VI Encuentro de Asociaciones Culturales de la provincia de Huesca. Asistieron casi un centenar de representantes de unos treinta grupos que a lo largo de una intensa jornada presentaron comunicaciones y exposiciones sobre sus diferentes actividades. Tuvimos la gran satisfacción de que la conferencia inaugural fuera impartida por don José María Ballester, Director de Cultura y de Patrimonio Natural y Cultural del Consejo de Europa, quien nos habló sobre “Patrimonio cultural y construcción europea”. Fue una charla llena de reflexiones interesantísi¬mas sobre la gestión y conservación del patrimonio, tanto material como inmaterial, que sorprendió por su amenidad y por sus propuestas para la reflexión sobre el presente y futuro de la cultura europea. Por la tarde hubo dos mesas de trabajo, una dedicada al Camino de Santiago y otra a la arquitectura popular. Fueron unas jornadas enriquecedoras y muy participativas que exigieron de la asociación muchas horas de trabajo tanto para su prepa¬ración como para la divulgación de las conclusiones posteriores. La creación de un Museo de la Ciudad de Jaca que recoja su Historia ha sido una reivindicación de la asociación desde su nacimiento. En este sentido, se han mantenido reuniones con todas las corporaciones que han dirigido el Consistorio jaqués en estos veinticinco años. Lamentablemente, esta larga aspiración no se ha visto todavía satisfecha aunque en los últimos años se ha percibido una voluntad más decidida a llevarla a cabo. Aunque nuestro cri¬terio es que el museo debería tener como núcleo estructural su rica historia desde los pri¬meros asentamientos iberos hasta nuestros días, jalonada por hechos que también influye¬ron en el desarrollo de la historia del país, igualmente pueden tener cabida aspectos como la vida cotidiana de una localidad de monta¬ña hace un siglo y, en este sentido, puede constituir un punto de partida la denominada colección Balcells, que en el año 1990 fue inventariada y catalogada por una etnóloga contratada por la asociación. Se trata de una colección de útiles de trabajo, piezas de cerámica y mobiliario, de al menos un siglo de antigüedad, que el doctor Balcells adquirió a lo largo de varios años en diferentes pueblos de la comarca. En la actualidad, su titular es el Instituto Pirenaico de Ecología. En el campo de la recuperación y difusión del patrimonio se pueden englobar también las gestiones realizadas para dar a conocer la música compuesta por Blas Bosqued, el Maestro de Capilla de la catedral de Jaca del siglo XVIII. Por encargo del Cabildo de la catedral, el músico navarro José luis Ochoa de Olza se entregó a la recuperación y transcripción de las partituras de este maestro que desde Jaca fue capaz de crear unas composiciones que por su calidad merecen figurar entre las más importantes del barroco español. La asociación asumió como un reto propio el divulgar su música para lo que organizó una serie de conciertos en Zaragoza y Jaca interpretados por la formación Estudio Barroco dirigida por Ochoa de Olza. La repentina muerte de éste, en enero de 2007, truncó, al menos por el momento, la grabación de un disco para cuya financiación la asociación llevó a cabo varias gestiones. Concierto coral en Santa María de Iguácel En 2005 la Asociación organizó varios conciertos para divulgar lamúsica de Blas Bosqued, Maestro de Capilla de la catedral de Jaca en el siglo XVIII. Capítulo especial merecen dentro de nuestras actividades las relacionadas con la iglesia de Santa María de Iguácel. Desde que la asociación intervino en la restauración de la cubierta del ábside y de sus pinturas góticas, realizamos una labor de tutelaje que tiene su máxima expresión en la apertura diaria de la ermita durante los meses de verano con la imprescindible ayuda de la Comarca de la Jacetania. Una persona fija de lunes a viernes y socios voluntarios durante los fines de semana se encargan de mantenerla abierta para que Asociación Sancho Ramírez Dibujo de V. Carderera, de principios del siglo XIX, que confirmala existencia de un tercer piso en la torre de Iguácel. los numerosos visitantes que se acercan a ella puedan contemplar su interior. Además se ofrece información a quien la solicita y se realizan trabajos de limpieza y mantenimiento. Esta es una de nuestras actividades más gratificantes y por la que recibimos gran cantidad de felicitaciones y palabras de ánimo. Nuestra constante voluntad de reunir datos e información sobre la ermita nos ha llevado a realizar estudios geofísicos, realizados en mayo de 2000 por expertos del Departamento de Prospección Geológica de la Facultad de Geología de la Universidad de Barcelona, con el objeto de hallar restos de dependencias anexas o la pre¬sencia de una cripta, sin resultado positivo; a encontrar, a través de un socio que lo halló en un archivo de la Biblioteca Nacional, un dibujo de Valentín Carderera, fechado en el primer tercio del siglo XIX, que nos permite conocer el aspecto de la iglesia y de su torre en esa época y confirmar lo que algunos estudiosos sospechaban: la existencia de un tercer piso que no se ha conservado; o a ser intermediarios en 2004 en la recuperación de su antigua campana, que lleva grabada la fecha de 1603, que había desaparecido durante las obras de restauración en los años ochenta del siglo pasado. Asimismo, hemos organizado en la ermita actividades culturales, como conciertos de música antigua, con las que se pretende promocionar sus valores histórico¬artísticos. A lo largo de nuestros veinticinco años de existencia, en la asociación Sancho Ramírez hemos trabajado por el Patrimonio Cultural en general aunque nuestras actividades con más repercusión social se han centrado sobre todo en la divulgación de nuestra Historia, en el patrimonio románico y en la defensa de la XXV ANIVERSARIO Arquitectura popular de nuestra comarca. HISTORIA. En este ámbito ya hemos aludido a los ciclos de conferencias de otoño, algunos de los cuales se han dedicado al conocimiento de los primeros reyes de Aragón y del origen del Reino o, en la historia más reciente, a los acontecimientos relacionados con la ocupación francesa a principios del siglo XIX. Como recuperación de un capítulo decisivo de nuestra Historia como pueblo y, en el caso de Jaca, como ciudad que aún hoy en día muestra vestigios de esa época que son parte sustancial de su personalidad, y sobre todo como homenaje a su figura, se plantearon los diferentes actos que integraron la celebración, en 1994, del IX Centenario de la muerte de Sancho Ramírez. No solo porque la asociación lleva su nombre sino porque entre sus objetivos está el de difundir nuestra historia no podíamos pasar por alto, allá por el año 1991, la proximidad de una fecha: 4 de junio de 1994. Ese día sería el novecientos aniversario de la muerte del Rey de Aragón y Navarra Sancho Ramírez, al pie de la muralla de Huesca, en su último intento de conquistarla para su reino. Y el motivo no era conmemorar la memoria de aquel que daba nombre a una asociación cultural como la nuestra, sino recordar a los presentes todo lo que Jaca y Aragón debían a este personaje, y que ya habíamos comprobado que no era suficientemente valorado. Precedido por tres años de actos en San Juan de la Peña, los fines de semana cercanos al 4 de junio, el plan se centró en qué actos institucionales realizar y qué publicaciones materializar para dejar fijada esa fecha en el conocimiento histórico de nuestros días. Las visitas, conversaciones, contactos, negociaciones que hicieron falta fueron muchas y difíciles, algunas. Es justo reconocer que el Ayuntamiento de Jaca, la Consejería de Cultura de la DGA y el Obispado respondieron, en la medida de sus posibilidades, para que la celebración resultara digna y útil para lo que se había pensado. Un breve resumen de los actos y hechos sería el que sigue: ¬Actos: para el día 4 de junio de 1994 se preparó el homenaje a la figura del rey en el aniversario de su muerte mediante una misa en la Catedral de Jaca, con asistencia de representantes del gobierno de Aragón y de Navarra y alcaldes de poblaciones relaciona¬das con el rey (Barbastro, Monzón, Graus, Estella, Huesca), celebrada por el obispo de Jaca y el presidente de la conferencia episcopal española Sr. Elías Yánez. Cerró el acto una conferencia de la doctora en historia Ana Isabel Lapeña que se esforzó en hacer entender todo lo que el Aragón moderno debía a Sancho Ramírez. Finalizado este acto en la Catedral, el Obispado ofreció una recepción a todos los socios e invitados en el Palacio Episcopal que desde hacía tiempo no se abría al público. Unos años antes de los hechos que se describen, los restos presentes en el panteón del monasterio de San Juan de la Peña habían sido exhumados para realizarles un estudio genético y, aprovechando que se devolvían los de la tumba de Sancho Ramírez, se quiso enterrar de nuevo con un acto espe¬cial en el que concurrieran el cuerpo del rey con el rito mozárabe y el Santo Grial que, desde Valencia y gracias a los esfuerzos de monseñor Conget, se trasladó, mediante una muy compleja operación, al lugar donde residió 400 años y donde sería venerado con frecuencia por Sancho Ramírez. Los que estuvisteis aquella tarde del 18 de agosto del 1994 en la iglesia alta de San Juan de la Peña recordaréis lo emotivo de todo lo que allí se vivió al hacer presentes hechos que habían convivido novecientos años atrás y que con el empeño de nuestra asociación volvían a reunirse. La misa mozárabe la cantó la coral de Estella, localidad que fundara el rey Sancho Ramírez. También estuvo presente el abad de Leire. El cáliz Santo Grial pasó aquella noche en el monasterio de las Benedictinas y por la maña¬na y en procesión se trasladó a la catedral en donde pudo ser contemplado por todos los que quisieron llenar el templo en una ocasión que difícilmente se repetirá. En la mañana del 19 de agosto de 1994 los jaqueses asistieron ala procesión en la que el obispo don José María Conget llevó a lacatedral la reliquia del Santo Grial. El 18 de agosto de 1994 volvieron a coincidir en San Juan de laPeña el cuerpo del rey Sancho Ramírez, el rito mozárabe y el Santo Grial. ¬Publicaciones: en la sede de la Diputación de Huesca el día 7 de junio se presentó un sello de correos conmemorativo que, con el diseño de Juan Latorre, publicó, presentó y distribuyó (nada menos que cinco millones de sellos) el servicio de filatelia del Organismo Autónomo de Correos y Telégrafos. El Instituto de Estudios Altoaragoneses publicó las nueve conferencias que se habían impartido durante el mes de mayo en su sede sobre la figura de Sancho Ramírez por especialistas destacados en Historia. Con el patrocinio de IberCaja se publicó un libro monográfico de la figura del rey escrito por el profesor Domingo Buesa, posiblemente el mayor especialista en este personaje. La asociación realizó un audiovisual, para distribuir por los colegios, que recogía en imágenes los principales hechos de la vida del rey Sancho en el que desinteresadamente intervinieron varias personas cada una aportando lo que mejor sabía: fotografías, guión, voz, música, montaje. Muy diversos fueron otros actos y homenajes como la colocación ante las murallas de Huesca de un monumento conmemorativo de la muerte del rey, la representación, en San Juan de la Peña, de una obra de teatro escrita por Alfonso Plou sobre la vida de Sancho Ramírez, la dinamización que se llevó a cabo entre los escolares de Jaca y que se materializó en la recogida de redacciones sobre la vida de nuestro antepasado. Contemplado desde hoy aquel año de 1994 no dudamos en pensar que cumplió todos los objetivos que se habían planteado especialmente el dejar claro a los jaqueses y aragoneses de entonces, cuyo efecto persiste hoy en día, la importancia de ese personaje histórico. Sacar del olvido y poner en primer plano de la memoria de los aragoneses quién fue y qué hizo el Rey Sancho Ramírez. ROMÁNICO. Dentro del capítulo referido a la recuperación, conservación y difusión del patrimonio románico, se han realizado muy diversas actividades. A las ya referidas más arriba, en el capítulo de restauraciones y exposiciones fotográficas y en el de publicaciones que se verá más tarde, hay que destacar las siguientes: ¬Archivo fotográfico de la escultura de la catedral de Jaca. Se creó en 1986, a partir de un encargo de la Fundación Paul Getty. Se realizaron casi un millar de fotografías de planos generales y detalles de toda la decoración escultórica de la catedral, incluso de los lugares más inaccesibles como es el caso de los capiteles interiores y los modillones del ábside mayor. A la fundación neoyorquina se entrega-ron las imágenes pero quedaron en nuestra propiedad las copias y negativos. Realizado con una función eminentemente didáctica, el archivo está a disposición de los investigadores y una selección de algunas de las fotografías ha sido objeto de exposiciones y utilizada para ilustrar publicaciones especializadas. ¬Edición de un carnet de sellos sobre el románico del Camino de Santiago aragonés. El 16 de enero de 2004, en un acto que reunió en Jaca a gran número de autoridades y XXV ANIVERSARIO amantes del arte, se ponía en circulación un carnet de ocho sellos que recogía imágenes de elementos del románico del Camino de Santiago a su paso por la Jacetania. Era la culminación de un proyecto cuya gestación se había iniciado un año antes con el acuerdo entre la Dirección General de Filatelia de la Sociedad Estatal de Correos y Telégrafos, el Ayuntamiento de Jaca y la asociación Sancho Ramírez. Se pretendía, con ello, reivindicar la importancia artística del románico aragonés con motivo de la celebración del primer Año Jacobeo del milenio. La generosa oferta de la Dirección de Filatelia de emitir un carnet de ocho sellos permitía además una repercusión mundial: nuestro románico podía llegar a cualquier rincón del mundo por alejado que estuviera. El cometido de la asociación fue presentar una serie de imágenes entre las que elegiría un comité de la Dirección de Filatelia. La pri¬mera idea de designar ocho edificios representativos fue sustituida por la de seleccionar ocho imágenes de distintas manifestaciones artísticas de ese movimiento tan trascendental que es el Románico: arquitectura, escultura, pintura, talla, forja, escritura y numismática. Se presentaron al comité tres imágenes de cada una de ellas y fueron elegidas respectivamente el claustro de San Juan de la Peña, el capitel procedente de la catedral que se encuentra en la iglesia de Santiago de Jaca y un detalle del sarcófago de doña Sancha, ambas como representantes de la escultura, un fragmento de las pinturas murales del ábside de San Juan de Ruesta que se guardan en el Museo Diocesano, la talla de un Cristo procedente de la catedral de Jaca, un detalle de la verja de Santa María de Iguácel, la letra capital de una biblia del siglo XII y el anverso y el reverso de una moneda acuñada en la época de Sancho Ramírez. Se dejaba constancia así de la riqueza y vitalidad del pequeño reino de Aragón en la época medieval, con Jaca como centro económico y cultural de referencia. El acto de presentación y matasellado de un sobre diseñado para la ocasión tuvo lugar en el Palacio de Congresos con asistencia de varias autoridades locales, regionales y estatales y un numeroso público. Carné de sellos con imágenes del románico aragonés emitido con motivo del Año Jacobeo 2004. ¬Cursos sobre Románico. La idea de organizar unas jornadas sobre arte románico partió de los profesores David L. Simon, del Colby College de Maine (Estados Unidos), y Javier Martínez de Aguirre, de la Universidad Complutense de Madrid, quienes en el verano de 2007 se pusieron en contac¬to con la Junta directiva de la asociación, entonces presidida por Mariano Marcén, para proponernos su organización. El proyecto fue acogido con gran interés y entusiasmo por los responsables de la asociación quienes sugirieron su celebración en el marco de los cursos extraordinarios de verano de la Universidad de Zaragoza en Jaca. Desde las primeras conversaciones con el director de los cursos, Enrique Ruiz Budría, se puso de manifiesto la buena acogida de la propuesta y se nos dio todo tipo de facilidades para la realiza-ción de las gestiones. Desde el verano de 2008 se han celebrado ya tres ediciones, la cuarta tendrá lugar el próximo mes de julio y se dedicará a los museos. Cada curso se desarrolla en tres días y está integrado por diez conferencias impartidas por expertos que se complementan con visitas guiadas a edificios románicos de Jaca o comarca, proyecciones de diapositivas y exposiciones fotográficas. Durante esos tres días, casi un centenar de personas compartimos la experiencia de escuchar a excelentes historiadores del arte presentar sus últimos trabajos, los investigadores exponen sus más recientes hallazgos y teorías, los profesores y estudiantes completan sus conocimientos y los aficionados al arte en general disfrutamos de todo ello en un ambiente de intercambio y participación donde el protagonista absoluto es el arte románico. La primera edición, celebrada en 2008, se dedicó al estudio de las grandes portadas del románico español, la segunda a los grandes sepulcros y enterramientos privilegiados y la tercera a la primera parte de las catedrales románicas hispanas. Estos cursos, además de facilitar la difusión y mejor conocimiento del románico jacetano, contribuyen a hacer de Jaca un referente en el campo de los estudios sobre este estilo artístico. Alumnos y profesores del I Curso Extraordinario de Verano dedicado al arte románico, en Santa Cruz de la Serós. ARQUITECTURA POPULAR. En la asociación Sancho Ramírez siempre hemos tenido una atención especial a la llamada arquitectura popular, aquella que, naci¬da sin pretensiones artísticas ni ánimo de trascender, ha creado verdaderas obras de arte que otorgan personalidad a nuestros pueblos y humanizan el paisaje, una verdadera seña de identidad que ha sido menospreciada y olvidada. Hoy en día nadie discute el atractivo y singularidad de una chimenea troncocónica o la portada de una casa señorial. Pero hay tam¬bién otras construcciones más modestas a las que solo hace falta mirar con un poco de inte¬rés para descubrir su belleza y sobre todo para reconocer la maravillosa información que nos proporciona sobre nosotros mismos, sobre nuestra historia, sobre la tierra en la que vivi¬mos: los usos para los que fueron edificados, los materiales, los patrones constructivos son testimonios de una época que forma parte de nuestra historia. Es el caso, por poner solo unos ejemplos, hay muchos más, de las construcciones auxiliares agrícolas o los muros de sepa-ración de campos. La convicción de que debíamos hacer algo que contribuyera a su puesta en valor y conservación nos determinó en el Asociación Sancho Ramírez año 2000, cuando veíamos que la especulación inmobiliaria en su pleno apogeo estaba ocasionando la desaparición de innumerables muestras de la arquitectura tradicional de nuestros pueblos, a la redacción de un “Manifiesto por el respeto a la arquitectura popular de la montaña”. En él insistíamos en su valor socio¬cultural, reconocido en varias cartas internacionales, reclamábamos normas específicas para su protección y ayudas para su conservación. Recibimos casi un centenar de adhesiones de asociaciones, entidades y ayuntamientos que se enviaron a las autorid¬des responsables. Lamentablemente, de éstas Puerta, de Francisco Barón, primer premio compartido en la categoría de fotografía en el Concurso de Arquitectura Popular. solo obtuvimos promesas de tener en cuenta nuestras sugerencias pero la repercusión mediática que se generó en ese momento creemos que contribuyó en algunos casos a un cierto respeto, al menos a no seguir la política de arrasar con todo sin ningún miramiento. El mismo efecto que, sin duda, ocasionó nuestra beligerante oposición a que no se destruye¬ra el conjunto de bordas y eras de Navasa para construir una serie de adosados cuya tipología y métodos constructivos nada tenían que ver con los del resto del pueblo. En ese mismo año 2000 convocamos un concurso de fotografía y dibujo, abierto a pro¬ XXV ANIVERSARIO Borda en Asín, de Severino Pallaruelo, primer premio compartido en la categoría de fotografía en el Concurso de Arquitectura Popular. fesionales y aficionados, cuyo tema era asimismo la arquitectura popular, con el que se pre¬tendía llamar la atención sobre este patrimonio y despertar la sensibilidad para su protección. Con las 137 fotografías y 49 dibujos recibidos se hizo una exposición en la ciudadela en el mes de agosto. El jurado, compuesto por el fotógrafo y director de la Fototeca de Huesca, Fernando Biarge; el dibujante Roberto L’Hotelleríe; el estudioso de la arquitectura popular Leonardo Puértolas; y el concejal de cultura Ernesto Gómez, concedió, en la categoría de dibujo, el primer premio a Rafael Margalé y dos accésit a Juan Latorre y a Antonio J. Ruiz Gonzalvo; en fotografía, el primer premio fue compartido por Severino Pallaruelo y Paco Barón mientras el accésit fue para Francisco Javier Canales. Un año después, en 2001, con la financiación económica del Servicio de Patrimonio Etnológico del Gobierno de Aragón, se inició la catalogación de las casetas de falsa bóveda del valle del Aragón y la Solana de Jaca. Un trabajo minucioso que se llevó a cabo durante dos años por el técnico en Patrimonio Félix Rivas y que se puede consultar en la red, un caso pionero que sirvió para inventariar, localizar y describir esta peculiar manifestación de la arquitectura popular construida en algunos casos hace más de un siglo con la técnica de la piedra seca y con unas bóvedas que las hacen únicas y especialmente interesantes desde el punto de vista constructivo pero también etnológico. PUBLICACIONES Las publicaciones han merecido de los responsables de la asociación una atención especial dentro de las actividades de difusión del patrimonio. Es una forma de poner a disposición del público en general, en un soporte material y permanente, las informaciones o datos de interés de que se dispone de un determinado elemento o de un conjunto patrimonial o de una figura histórica. Éstas son las obras que han visto la luz a lo largo de nuestros veinticinco años de existencia: Iglesia parroquial de San Andrés de Abay. Se publicó en julio de 1990, coincidiendo con la inauguración de la restauración de la iglesia. Sus cuatro autores, desde sus respectivos campos de especialidad, exponen los estudios realizados sobre la iglesia a lo largo de los cuatro años que duraron las obras. Juan Ángel Paz Peralta describe las investigaciones arqueológicas; Fernando Galtier Martí los aspectos histórico artísticos del templo; José Blecua Suelves, como arquitecto encargado de las obras, el proceso de restauración; y Jesús Caudevilla Morales los dos hallazgos realizados durante los trabajos: la caja de consagración y la cruz procesional. Santa María de Iguácel. Cuando la asociación asumió en el verano de 1994 la apertura, durante los fines de semana, de la ermita de Santa María de Iguácel, se editó una pequeña guía de unas diez páginas que ofrecía a los visitantes información básica sobre la historia y aspectos artísticos de la iglesia. Pronto se vio que este pequeño libro resultaba insuficiente para los deseos de conocer más datos que suscitaba la visita de esta joya, por entonces prácticamente desconocida, de nuestro patrimonio románico. Esa fue la razón por la que se abordó la redacción de una obra algo más completa y profunda que vio la luz en 1996. Para ello, se revisaron todos los estudios que algunos especialistas en arte habían dedicado a la ermita: en general, artículos o ensayos integrantes de otras obras de carácter más amplio cuya dispersión dificultaba la adquisición de una visión de conjunto. El libro se divide en dos partes bien diferenciadas: la primera se dedica al marco geográfico, histórico y cultural en que fue construida la iglesia; la segunda aborda un análisis del edificio en su conjunto desde el punto de vista de su cronología, la descripción detallada de sus elementos arquitectónicos y escultóricos, los tesoros de su mobiliario litúrgico, actuaciones de conservación y tradiciones, además de una completa relación bibliográfica. Los textos fueron coordinados por la socia Sara Fanlo, las fotografías son de Ángel Mesado y Carlos Víu y los dibujos de Roberto L´Hotelleríe. Desde su aparición en 1996 este libro ha sido objeto de tres reediciones, habiéndose vendido alrededor de 3.000 ejemplares, lo que da idea del interés que despierta la ermita entre las personas que la visitan. Las piedras del camino. Esta obra fue publicada por la asociación Sancho Ramírez, en 1998, en colaboración con el Instituto de Estudios Altoaragoneses. Reune una selección de dibujos a plumilla realizados por Juan Latorre Durán sobre diversas construcciones de la provincia de Huesca. Importancia primordial tienen las obras románicas pero también, y no como meros acompañantes, las diferentes manifestaciones de la arquitectura popular: chimeneas, ventanas, portadas, rincones... Las 125 láminas, distribuidas por zonas geográficas siguiendo la ruta del peregrino, van acompañadas de un comentario del propio autor y de otras personas, relacionadas con éste por lazos de amistad o de amor al patrimonio, que des¬cribe la imagen o plasma una reflexión sobre lo que ésta le sugiere. Fray Distinto de Somport. Este libro es la primera incursión, y por el momento única, en el mundo de la ficción de todas las obras publicadas por la asociación. El autor del texto es Enrique Satué y el de las ilustraciones que lo acompañan nuestro socio Roberto L’Hotelleríe. Su protagonista es un fraile negro que atiende a los peregrinos que llegan al Hospital de Santa Cristina de Somport. Como sus autores afirman en el prólogo, es un libro cargado de intenciones didácticas, escrito para todos los públicos pero sobre todo para los alumnos de segundo y tercer ciclo de Primaria, con el objetivo de iniciarlos en el amor al patrimonio artístico de la ruta jacobea e inculcarles otros valores como el respeto a la diversidad cultural, la paz y la justicia. Junto a Fray Distinto, aparecen los símbolos que caracterizan la ruta y cobran vida personajes esculpidos en los capiteles de los templos del Camino. Los beneficios económicos, por deseo de los autores, se invierten en proyectos para la conservación y difusión del patrimonio. El Camino de Santiago en la Jacetania, y su influencia en el patrimonio arquitectónico de la Comarca. Este volumen, cuyos dibujos y texto son obra de nuestro socio y colaborador A. Rafael Margalé Herrero, es una reedición del libro publicado en 1999 y agotado poco tiempo después. Su autor, generosamente, donó a la asociación todos los derechos para que lo reeditásemos coincidiendo con la celebración en 2004 del primer Año Jacobeo del tercer milenio. Ello fue posible con la ayuda financie¬ra del Grupo de Acción Local Adecuara, gestor del Proder de las comarcas de Jacetania y Alto Gállego. Como indica su subtítulo, la obra aborda la descripción minuciosa del camino físico y del patrimonio arquitectónico que generó en la zona a lo largo de los siglos, es decir lo que queda de las construcciones que nacieron a lo largo de la ruta para cubrir las XXV ANIVERSARIO necesidades, tanto físicas como espirituales de los peregrinos y la arquitectura que caracteriza a las localidades que atraviesa o bordea. Así, por sus páginas desfilan tramos de calzada, puentes, torres, peirones, ermitas, iglesias o monasterios con siglos de existencia pero también construcciones civiles y religiosas más recientes. Los abundantes datos históricos, con mención de los documentos de los que se han extraído, además de los comentarios, en muchas ocasiones críticos con el estado de conservación del patrimonio, hacen de este excelente libro mucho más que una simple guía al uso. IX Centenario de la muerte de Sancho Ramírez, rey de Aragón y Pamplona. Este pequeño folleto de doce páginas apareció coincidiendo con los actos de celebración del IX Centenario de la muerte del rey Sancho Ramírez y contiene una breve semblanza de la figura y la obra del rey, cuya autora es la Doctora en Historia Ana Isabel Lapeña; el texto del Fuero de Jaca otorgado por el rey a la capital de su reino, en traducción del latín de la historiadora Isabel Falcón; y, finalmente, una pequeña historia de las tradiciones y leyendas vinculadas al Santo Grial en tierras aragonesas, con motivo del traslado desde Valencia de esta reliquia que en los siglos medievales permaneció en San Juan de la Peña. La catedral de Jaca y su escultura. El profesor David Simon, además de socio y colaborador frecuente de la Asociación Sancho Ramírez, es uno de los historiadores que más han estudiado y mejor conocen la catedral de Jaca y en especial su escultura. Este excelente ensayo se publicó en 1997 con motivo de la exposición fotográfica que la asociación organizó durante el verano de ese año. Tras una introducción histórica y cronológica del edifi-cio, hallamos una completa descripción de la decoración escultórica presente en capiteles, modillones, metopas y cornisas, con un estudio especial del tímpano que decora la portada occidental y sus posibles interpretaciones estilísticas y conceptuales. Sancho Ramírez, rey de aragoneses y pamploneses (1064¬1094). Entre los actos y proyectos que la asociación promovió para la celebración del IX Centenario de la muerte del rey Sancho Ramírez, la publicación de un libro que recogiera su figura y su obra fue uno de los más importantes por su trascendencia, más allá de actos de homenaje puntuales, al reunir en un soporte material su extraordinaria aportación a la historia de Aragón. Nuestra actuación Asociación Sancho Ramírez se centró en el encargo de su redacción a Domingo Buesa, el investigador que mejor conoce la trayectoria de este rey moderno y visionario, y en la búsqueda de una institución que asumiera su financiación, en este caso Ibercaja. El libro, que vio la luz en 1996, cumplió todas las expectativas: su texto ágil y ameno acercó al gran público el personaje y su tiempo y las abundantes notas y referencias bibliográficas y documentales proporcionan a historiadores e investigadores un material de primera mano que aún no ha sido superado. La condesa Doña Sancha y los orígenes de Aragón. Entre las diversas actividades que la asociación organizó con motivo de la conmemoración del IX Centenario de la muerte del rey Sancho Ramírez, se programaron varias conferencias relacionadas con el legado patrimonial recibido de su época. Dos de ellas se refirieron al estudio de la personalidad de la hermana del rey, Doña Sancha, y de su sarcó¬fago, conservado en el monasterio de las benedictinas de Jaca. Sus mejores especialistas se encargaron de desarrollar ambos aspectos: Domingo Buesa trató la dimensión política, humana y espiritual de la infanta; David L. Simon se ocupó de la descripción del monumento funerario, como pieza fundamental del arte románico aragonés. El interés de ambas hizo que la asociación promoviera su publicación en este hermoso volumen editado por Ibercaja en 1995. La Estela. El primer número de nuestra revista apareció en febrero de 1999 y, como se anuncia en su editorial, nacía con la voluntad de establecer una comunicación fluida con los socios para informar sobre nuestras actividades e iniciativas y con el propósito de ofrecer artículos de divulgación relacionados con la historia, la etnología y el patrimonio. Se trataba de recuperar y descubrir para los lectores las gran¬des y pequeñas “estelas”, las huellas que se pierden en nuestro pasado, forman parte de nuestro paisaje y de las que somos herederos. Desde entonces, con periodicidad semestral, han aparecido 24 números, en todos ellos hemos pretendido recoger la enorme riqueza y diversidad de nuestro patrimonio y contribuir en la medida de nuestras posibilidades a la formación de una conciencia colectiva favorable para su conservación. Antes del nacimiento de La Estela, la revista Jacetania constituyó un medio próximo y eficaz para publicar nuestros artículos sobre patrimonio; en otras ocasiones, hemos escrito para revistas y publicaciones que así nos lo han solicitado. XXV ANIVERSARIO Folletos. En los años 1998 y 1999 se publicaron dos trípticos que proponían recorridos por sendas zonas de nuestra comarca, ofreciendo a jacetanos y turistas visitas alternativas a las habituales. El primer folleto se dedicó a la Solana de Jaca, Valle de Aísa, Borau y Castiello de Jaca; el segundo difundió los atractivos del Soduroel. En ambos se proporciona información sobre cada una de las localidades que integran el recorrido, con breves comentarios histórico¬artísticos, haciendo especial hincapié en los edificios religiosos, con abundantes ejemplares románicos, y en la arquitectura popular. En 2002 se editó un tercer tríptico, titulado Piedras Vivas, que recogía los valores etnológicos y constructivos de las casetas de falsa bóveda, utilizadas para fines agrí¬colas y ganaderos, del Alto Valle del Aragón, una manifestación muy interesante de nuestra arquitectura popular con un futuro incierto por delante debido a su precario estado de conservación. El folleto complementaba la exposición de seis carteles que, sobre el mismo tema, se ha exhibido en varias localidades de la comarca y de Zaragoza sobre sus peculiares características constructivas y uso. Postales. Una manera sencilla y accesible de difundir entre el gran público algunas joyas de nuestro patrimonio ha sido la edición de tar¬jetas postales de edificios que no contaban con este tipo de imágenes. Se han realizado de las iglesias de Abay y de Santa María de Iguácel; en este último caso desde perspectivas diversas y a lo largo de diferentes épocas del año. Calendario. En el año 2009 se publicó un calendario con fotografías de tres iglesias bien representativas del románico de nuestra comarca: Majones, Santa Cruz de la Serós e Iguácel. Fue financiado por la asociación y por la socia Beatriz Francisoud, de quien partió la iniciativa. Cuadernos de Románico. A finales de 2009, se materializó un proyecto en el que se han puesto grandes esperanzas por lo que supone de construir los cimientos sobre los que se asentará el futuro del patrimonio mediante la formación de las personas que se encargarán de su conservación. Se trata de la publicación de “Primeros Pasos”, un cuaderno de tra¬bajo dirigido a escolares de once y doce años para ofrecerles unos conocimientos básicos sobre arquitectura que les permita valorar el patrimonio y les inculque la idea de la necesi¬dad de su estudio y conservación. En él se aborda de una manera muy didáctica y sencilla, apoyada en abundantes ilustraciones, los diferentes estilos arquitectónicos, con estudio de los materiales y elementos constructivos que predominan en cada uno. Se dedica una atención especial al románico, por ser el más representativo de nuestra comarca, pero también se trata el gótico, el mudéjar y la arquitectura popular. También se proponen actividades que estimulan la participación y la observación y ayudan a asimilar los conceptos. El cuaderno está ilustrado con dibujos de Juan Latorre que también se ha encargado del diseño. Se ha contado con el apoyo económico de la Comarca de la Jacetania y Diputación Provincial de Huesca y es distribuido gratuitamente entre los colegios que así lo solicitan y su contenido es explicado por los profesores del centro o voluntarios de la asociación. La Garcipollera, memoria de un Valle. Esta sencilla publicación recoge información sobre los últimos años de vida de los ocho pueblos que constituían el Valle de la Garcipollera antes de su despoblación como consecuencia de la compra de sus casas, campos y montes por el Patrimonio Forestal del Estado. Es un intento de preservar la memoria de un sistema de vida desde los recuerdos de don Pascual Calvo, natural de Larrosa, que fue secretario de Castiello de Jaca en la época en que se llevaron a cabo las negociaciones de venta. El autor relata, como él lo recordaba, cómo organizaban los habitantes de estos pueblos su vida en común, sus tradiciones y costumbres. Una segunda edición amplió su contenido con los recuerdos del penúltimo alcalde de Acín, don José Betrán Acín, transcritos por su nieta Mercedes Pérez Betrán. Un valioso documento por varias razones, sobre todo por recoger la toponimia de la zona, algo muy valorado por investigadores de áreas tan diversas como la lingüística, la geografía económi¬ca… para las que los términos toponímicos constituyen un instrumento privilegiado de estudio. Piedras humanizadas. Huesca pintoresca. Este libro, cuyo autor es Juan Latorre, es nuestra última obra publicada, coincidiendo con la celebración del veinticinco aniversario desde que la asociación asumió su compromiso con la conservación y difusión del patrimonio. Concebido como un museo de obras en pie¬dra, el libro nos permite recorrer nuestra provincia a través de unos 450 dibujos, primorosa¬mente realizados a plumilla y a lápiz, que muestran construcciones o elementos hechos en piedra por las manos de un artesano o un artista. Aunque se trata de un volumen preferente¬mente visual, los textos que lo acompañan son el digno e ineludible complemento de la imagen. Como en cualquier museo, encontramos textos que nos introducen lo que vamos a con¬templar, textos que completan o refrescan nuestros conocimientos sobre arte y arquitectura y, al pie de cada lámina, un breve comentario que identifica la imagen y nos proporciona información básica sobre ella. Sin duda el autor ha pretendido, y logrado, una reivindicación del arte oscense, desde el más monumental al más modesto, un reconocimiento a los artífices que a lo largo de los siglos han humanizado nuestro paisaje con su arte y bien hacer. UNA REFLEXIÓN FINAL Llegados a este punto del repaso de las actividades desarrolladas por la asociación Sancho Ramírez en sus veinticinco años de historia, comprobamos que tenemos motivos para estar satisfechos de nuestra trayectoria, pero somos conscientes de que, como en todo proyecto humano, hay lagunas y puntos negativos que no podemos soslayar. En ocasiones han surgido situaciones en las que algún elemento de nuestro patrimonio iba a ser objeto de una actuación que podía ponerlo en peligro o, al menos, iba a suponer una variación respecto a su aspecto original. Con mucha frecuencia surgen divergencias entre los socios en la actitud que se ha de mantener, quizás porque el concepto de lo que es patrimonio es muy elástico y depende de apreciaciones y convicciones personales, fruto de la formación y el interés de cada cual. Así, para un mismo proyecto, podemos encontrar defensores acérrimos, detractores radicales o quienes piensan que se ha de tener un poco de permisividad a cambio de garantías de conservación del bien sobre el que se va a actuar. Es, por ejemplo, el caso de la polémica rehabilitación del Monasterio Alto de San Juan de la Peña, de la no menos polémica destrucción del conjunto de bordas y eras de Navasa o de actuaciones urbanísticas en edificios catalogados del casco antiguo de Jaca. En estas ocasiones ha sido difícil tomar decisiones que representaran los puntos de vista de todos nuestros socios y sabemos que en algunos casos hemos decepcionado a varios. Pero sí podemos asegurar que todas las resoluciones se han tomado tras profunda reflexión, intentando tener en cuenta todos los puntos de vista y siempre pensando en lo que acarrearía más ventajas y menos perjuicios al futuro de nuestro patrimonio. En el apartado de autocrítica hemos de incluir necesariamente el no haber sabido involucrar más decisivamente a la población jacetana, pero sobre todo a nuestros socios, en el trabajo diario de la asociación. Agradecemos enormemente a estos últimos su contribución económica y sobre todo el respaldo moral que supone formar parte de nuestra familia. Pero echamos de menos en muchos casos ya no el trabajo físico sino el hacernos llegar sugerencias y opiniones. Directamente relacionado con esto último, quizás por no saber presentar una propuesta suficientemente atractiva, es la ausencia de lo que podríamos llamar relevo generacional: son muy pocos los jóvenes, salvo algunas excepciones, que deciden hacerse socios o simplemente participar como meros espectadores en algunas de nuestras actividades. Tampoco existe el relevo en lo referente a asumir responsabilidades directivas, lo que supone un serio riesgo para el futuro de la asociación. El hecho de que los integrantes de la Junta directiva deban atender en primer lugar sus responsabilidades profesionales y dedicar XXV ANIVERSARIO gran parte de su tiempo libre al trabajo asociativo hace que con el tiempo el cansancio se acumule y se precise un relevo que no llega. Desde aquí animamos a los socios y no socios a reflexionar sobre la necesidad de continuar con nuestro trabajo y pensar cuál puede ser su aportación para conseguirlo. Nosotros sinceramente creemos que estos veinticinco años han sido pródigos en logros, que con nuestra contribución el patrimonio jacetano es más conocido y valorado por los ciudadanos, lo que redunda en su conservación, en la percepción de que todos podemos intervenir en su custodia y recuperación y gracias a ello disfrutarlo plenamente. Estamos convencidos de que los valores altruistas y positivos que inspira¬ron nuestro nacimiento y que han guiado nuestro trabajo no debe perderse. Nos sentimos orgullosos de creer en un sueño y trabajar cada día para que se haga realidad. Como decía el poeta Luis Cernuda: “Queremos aquello en lo que creemos porque estamos seguros de que algún día seremos aquello en lo que soñamos.” Asociación Sancho Ramírez